Cuando somos niños, no podemos esperar a crecer, jugar con “los grandes” y disfrutar de los privilegios que vienen con el paso de los años.
No pasa mucho tiempo antes de estar viendo en retrospectiva nuestros años de juventud con un gran deseo, trabajando duro y pagando mucho para detener (o al menos esconder) el progreso de la edad y ¡deseando que Ponce de León haya encontrado realmente la fuente de la juventud!
Así que, no les va a sorprender que el título del libro “Más joven cada año“, llamara mi atención. No sé de dónde lo tengo, pero ha estado en mi repisa por algunos años y esta semana decidí leerlo. Ya que estaba abierto sobre la mesa (¡con una necesidad solamente hipotética del contenido!), mi esposo lo leyó también.
Dos hombres escribieron juntos este libro, un doctor, Henry S. Lodge, M.D. y su paciente/amigo, Chris Cowley…
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